martes, 30 de septiembre de 2008

DANZAD MALDITOS

¿Cómo debemos de comportarnos en un concierto?
¿Qué postura debemos adoptar para no quedar como un cateto?
¿Debemos de pogear en un concierto de Caetano Veloso?
¿Podemos quedarnos petrificados mientras Ministry descarga su arsenal?
¿Sacamos el mechero con Lightning Bolt? (la lucecita de la llama ha sido sustituida por las pantallas de los móviles, y no hay que esperar las lentas)


No os preocupéis, son preguntas formuladas al aire, aunque más de uno alguna vez habrá reflexionado sobre ellas. Mi honorable edad y los conciertos que llevo en la maleta (siempre pocos), me otorgan una sutil reflexión sobre las conductas del respetable en los conciertos, dependiendo el estilo de música, la época en que tiene lugar, ubicación del recinto o el precio del alcoholazo en la sala.
Actualmente aprecio mucha aparente rigidez entre los asistentes, o bien por miedo a destacar o puede que por algún problema con la columna vertebral que debe de quedar alineada con el meridiano de Greenwich. Incluso podríamos acordarnos de esos magmáticos conciertos de Génesis aliviándose en insufribles temas de 25 minutos, mientras el público recibía su merecida bendición de Concep-rock-progresivo con grillos de fondo y rostros abducidos.
Esto es una apreciación que noto de hace unos añitos atrás. Es más, cuando se improvisa un pogo espontáneo, los pocos valientes que saltan a la arena, suelen rondar edades muy poco teens y son mirados como quien observa a un viejo león en el Serengeti espantado las moscas con el rabo. No defiendo a unos, no condeno a otros. El cometido de este articulillo que me he sacado de la chistera, es hacer un llamamiento a la recepción desinhibida de la música, a dejarse atravesar por los decibelios y que los acordes sean hilos que muevan cada uno de nuestros músculos, o el pulso que nos hagan viajar a otras percepciones superiores de nuestra mente, aunque sea sin movernos de nuestra baldosa.
Recuerdo el último concierto de Akron Family donde Miles Seaton (foto) se percató del público pétreo y estático que llenaba la sala y nos desafió a que antes de finalizar el concierto acabaríamos como posesos, dicho y hecho, la sala des-oxidó sus prejuicios y acabó bailando la danza del Gran Espíritu. Pero claro, son Akron Family.
Recordamos que no existe una norma de conducta y sobre todo no hay que olvidar que el protagonista es el artista sobre el escenario, y no nuestras dotes intimidatorias de gallo enfarlopado. En un concierto, debería de fluir una comunión de los sentidos, para poder embriagarnos del placer único de ver un concierto en directo sin perder la irrenunciable capacidad de sorprendernos. Eso y divertirnos, claro.
Para los que os interese o sienta la vena melancólica, os dejo varias modalidades de exaltación debidamente bautizadas.


Crowd Surfing, Headbanging, Hardcore Dancing, Stage Divingg (Ufff!!! chicas no visionarlo) y el impagable Braveheart.


Os dejo con el que más me ha gustado:

Supersonic-Man

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el articulo!!
Yo soy de los que la última vez que me dejé llevar por las ondas, mis cervicales después me recordaron que uno ya no es un mozuelo y que ya no está el cuerpo pa según que cosas. Aún así, si el concierto lo merece y lo estoy disfrutando, yo soy de los que me dejo llevar, eso si, sin hacer el bruto ni molestar, y siempre me ha dado igual lo que piensen los que no están por el concierto...

Anónimo dijo...

Alucinado entre el bailarín karateka y la embarazada, aunque sin duda me quedo con el pavo que utiliza al segurata de trampolín, maravilloso!!

Anónimo dijo...

Ufffffhhhh que bonito...hace tiempo que no presencio ninguno de estos saltos,bailes,volteretas,etc...por algo será que el único perro que tuve lo llamé "MOSH".
Gracias por este articulo.

Lex Luthor

Anónimo dijo...

Dicen que
sirve para liberar, a menudo de una forma controlada, emociones sobrecargadas, frustraciones, estrés, o tensiones violentas.
De hecho aún no he visto ninguna reyerta asociada a esta práctica. Es más, no recuerdo ver ninguna en ningún concierto ni festival.

Anónimo dijo...

Muy instructivo ¡Sí señor! lástima que las tías lo tengamos más crudo para hacer stagediving, por el tema sobeteo, aunque en esos momentos creo que ¡¡¡Todo da igual!!! ¡¡¡Yupiiii!!!