LA RUEDA ANTONIANA

Al paso de la tristemente famosa Ley Sinde vamos a hablar hoy del fenómeno "Rueda Antoniana". Este axioma afirma que el arte (como muchas otras cosas) ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, por lo tanto nadie puede llamarse sinceramente creador (no al menos de una forma absoluta). Es lo que los gafapastas del mundillo llaman sinergias creativas.

Por ejemplo: El batería del grupo A tiene una banda paralela (B), que influencia de forma significativa a los jovenes C. El cantante de C, al cabo de los años forma un netlabel para editar bandas que le gustan, y allí aparecen los increibles D, cuyo bajista, también conocido como E, tiene una gran carrera en solitario tocando la harmónica húngara. E se junta con F, guitarrista de unos tal G, y forman H, que ¡Ahívalaostia! sin que nadie lo espere, triunfan como la Coca-cola. ¿Deberían pagar H un canon a A? Creo que la respuesta la sabemos todos... desde que el tiempo es tiempo en todos los campos, pero de una forma muy clara en el campo de la música, los autores han utilizado todo lo realizado anteriormente, no para "piratear" o "robar", sino asimilándolo para "avanzar". El hecho de que hoy en día unos señores con los bolsillos muy inflados de billetes y muy poca afición por la cultura se saquen leyes de la manga para "controlar", "cuantificar", o "gestionar" el arte es simple y llanamente una agresión. Una agresión contra todos y cada uno de todos los que tenemos alguna inquietud cultural. Una agresión a nuestro derecho a crecer culturalmente independientemente de lo abultado de nuestra cuenta corriente.

Mal que les pese a algunos, la rueda antoniana no dejará de girar jamás.

Aquí os dejo un documental muy esclarecedor sobre el tema, conducido por el genial Girl Talk, rey de los mash-ups, cuyas creacines están consideradas ¡ja! ilegales.

Tío Einar