viernes, 2 de noviembre de 2007

REFLEXIÓN

En el último número de la ahora coloreada Ruta 66, Jaime Gonzalo, codirector de la revista, reflexionaba acerca de la cantidad ingente de novedades discográficas que asolan el mercado actual, y concretamente reflexionaba acerca del enorme porcentaje de trabajos innecesarios y execrables. Apuntillaba su discurso denotando la corta vida de los grupos que triunfan entre lo más “in” y la ausencia de pasión entre los que consumen “deglutiendo” los constantes productos que aparecen en internet y en las tiendas.
No es mi intención quitarle razón a Jaime Gonzalo, pero me gustaría aportar mi modesto punto de vista (muy lejos de la erudición rockera con la que construye sus opiniones dicho periodista) a partir de dichas reflexiones.
La inabarcable sucesión de novedades a las que nos enfrentamos es una consecuencia de la progresión tecnológica que siempre ha promovido la industria y que, en estos momentos, se les está girando en contra. No creo que sea la aparición de internet, myspaces o emules, la razón a tanta mediocridad. Si es cierto que antes, el filtro de los A & R’s podía poner freno a tanta mediocridad, pero no garantizaban calidad siempre, e incluso habrá cortado las alas a artistas que seguramente hubieran tenido carreras maravillosas, por no mentar a vacas sagradas que les fue de un pelo no poder iniciar su carrera, ya histórica.
Centrémonos en el “fenómeno internet”. Para muchos iluminados, la aparición de la posibilidad de registrar la música suponía el fin de ésta. Resultado: La llevó a las clases obreras y más desfavorecidas, y avivó su disfrute y consumo; poco a poco surgieron nuevos estilos y estas clases desfavorecidas vieron una posibilidad de eternizar su voz ( me vienen a la cabeza esos antiguos bluesmen –escuchar Anthology of American Folk Music de Harry Smith- o incluso Woody Guthrie dando voz a las clases trabajadoras en contra del fascismo).
Llegó el día en que el vinilo pudo grabarse mediante soporte magnético en cualquier hogar. Iluminados predicando, de nuevo, el fin de la música. Resultado: Revitalización. No hace falta extenderse ¿Cuántos de vosotros no escuchasteis por primera vez a uno de vuestros grupos favoritos en un cassete grabado por un amigo?
A la cinta le siguió el CD, y a éste las grabadoras de CD y DVD. Siguió ocurriendo lo mismo: Pronósticos desastrosos y revitalización del consumo.
Llegamos a internet. Actualmente las proporciones de oferta son abismales. Tanto que, lógicamente, hay muchísima basura, muchísima Pero seamos justos, ¿ha variado el porcentaje de discos innecesarios? El número sí, es mayor, pero el porcentaje no creo que difiera mucho del que había años atrás. Es fácil caer en el romanticismo del “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero también es fácil olvidarse de los infames grupos que llenaban las cubetas de discos de oferta. La diferencia es que antes tenías, en el mejor de los casos, alguna referencia escrita que te llevaba a comprar el disco “a ciegas”, sin haber escuchado una sola nota, y eso provocaba un reducto en tu discoteca del que te avergonzabas.
Y si antes pescabas en un riachuelo a ciegas, ahora el río es caudaloso. Hay mucha mierda pero si escarbas encuentras. Recurrimos a internet para pre-escuchar. Es el tamiz. Algo te gusta, lo compras. No hay ya oportunidad de sorpresa desagradable, aunque en el camino se pierde la aventura y el romanticismo, también es cierto.
Y conste. Hablo como amante de la música, una de esas personas que, en su día escarbábamos a ciegas entre la porquería de lo que nos ofrecía la industria discográfica y acudíamos a las pocas revistas musicales dignas para poder encontrar a nuevos héroes. Una de esas personas que, actualmente escarbamos en internet, revistas, tiendas, etc., para seguir emocionándonos y peregrinar, como siempre, a las salas de la ciudad para escuchar en directo a los nuevos héroes (y a los gilipollas que, cada vez en mayor número, hablan a gritos durante las canciones).
Un último apunte: Recordemos que estamos en la península ibérica. Reflexión: ¿Qué legado musical ha heredado usted de sus progenitores? ¿Realmente hay una tradición sólida en este país que nos haya educado para poder tener un criterio mínimamente coherente? Resumiendo: Ante la cantidad de oferta, que se escoja bien es cuestión de educación, no de falta de artistas excelentes.
Sigan escarbando.


Barbasapiens

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este tema ha llenado muchas tertulias y vaciado otras tantas cervezas. Como de costumbre nadie está aprendiendo nada de nada en este asunto y para cuando nos cobren por escuchar la música del parking del Ikea o la de la sala de espera del dentista, yo ya tendré suficiente música enlatada para sobrivivir tres vidas más.
Supersonic-Man

Anónimo dijo...

Genial reflexión.
Suscribo todo.

Una cosa: cómo es que está anunciado el concierto de Bloc Party, por ejemplo, y el Kocroach no???
:)

Anónimo dijo...

Y yo contesto.......¿Por qué no cuelgas algún tema de esos tal Kocroach en este Blog además de todas esas orquestas (siempre interesantes) con las que nos deleitas?. ¿Algún vídeo de la gira tal vez?. La gente quiere conocer ya.
Supersonic-Man

Anónimo dijo...

Recuerdo que cualquier integrante de este esperpéntico blog puede añadir datos a la agenda, más que nada para ayudar a lo que se le escape al que se ocupa.
(vagos!!)
Barbasapiens