TERRY GILLIAN

Mientras los medios revuelven los cubos de basura de Hollywood para averiguar más detalles morbosos que rodean la trágica muerte de Heather Ledger y sin ánimo de comparar la proporción de desdichas irreparables, podemos hablar de un nuevo aborto en un rodaje de Terry Gillian. Para los más seguidores de este eterno rebelde del cine, ya conocerán cuales son las suertes que acompañan a sus maravillosas películas. Desde el estandarte de “Brazil” (1985), la cual se convirtió en un símbolo de la lucha de un creador por la integridad de su obra, sin finales pactados ni recortes contra productivos, pasando por “Las Aventuras del Barón Munchhausen” (1989), donde una traidora promoción arrinconó la película a las estanterías de los buscadores de reliquias.
Gracias al documental de Keith Fulton y Louis Pepe pudimos sentir en nuestras retinas como todos los elementos terrenales y celestiales, se confabulaban para impedir la filmación de una posible maravilla aún pendiente en su orgullo. Terrorífica escena la de los cazas del ejército surcando la cabeza del Caballero de la Triste Figura. Luego llegó ese intencionado acercamiento a un cine más comercial, y que los productores se cuidaron de pasarle la lija para que sus bolsillos no peligraran por excesos de imaginación y fábulas confusas. Vease “Tideland” película que rodó durante su reflexión de dar el visto nuevo a “El Secreto de los Hermanos Grimm” (2005) y en la que pudimos sufrir los efectos de su estado emocional en una de las películas con más mala leche que recuerdo.
Hasta que llegó “The Imaginarium of Dr. Parassus” (2009) y la entrada de Heath Ledger al templo de los bonitos cadáveres.
Espero tardar mucho tiempo en ver esa película en la que se narre a modo de biopic las andanzas y locuras de un hidalgo solitario que cabalgaba por Hollywood luchando contra molinos de presupuestos y las inclemencias y el desamor por su dulce y esquiva Fortuna.
Realmente lo que pretendía era tener una excusa para poner esta foto que le hice hace dos años en el Festival de Cine de Sitges.

Supersonic-Man