martes, 22 de marzo de 2011

Mis dudas sobre la guerra de Libia


Sí, el título del post coincide con el del artículo de Ignacio Escolar en Público ayer, y es que el contenido del mismo resume mis propias dudas sobre el asunto. Aquí un extracto:



En el mundo hay abiertos una treintena de conflictos armados (...), hace tiempo que dejaron de salir en los periódicos (...) cuesta encontrar precedentes de una guerra amparada por la ONU con un consenso más rápido.

Obviamente, el aceite que engrasa el engranaje de nuestra exquisita diplomacia se llama petróleo. Hoy no habría bombardeos en Libia si este país, como tantos otros en África, sólo exportase desdichados inmigrantes. Sin embargo, este argumento es reversible. ¿Acaso los civiles que están siendo masacrados por las tropas de Gadafi se merecen el olvido internacional porque el país sea clave en el mapa energético? ¿Es justo que las potencias igualen a todas las víctimas a la baja, y que por ello apliquen a Libia el mismo desprecio que a otros lugares del planeta?

Pero más allá de estas preguntas, cuyas respuestas creo fáciles, mis dudas sobre esta guerra son otras. ¿Quién ocupará el lugar de Gadafi? ¿Será otro tirano “amigo” al que después permitiremos los mismos atropellos que tantas veces Occidente ha respaldado? ¿Quiénes son esos líderes “rebeldes” a los que Francia ya reconoce como Gobierno legítimo? ¿Por qué Libia y no Bahrein? ¿De verdad será efectiva la intervención armada o sólo provocará más sangre? Y mi principal pregunta: ¿cuál es la alternativa a no hacer nada?


Por un lado estaba deseando que llegara la noticia conforme ‘occidente’ se decidía a hacer algo para detener el ataque militar de Gadafi contra sus propios ciudadanos.


Entonces llega la resolución 1973 de la ONU y la maquinaria militar se pone en marcha. Se trata de la responsabilidad de occidente de proteger a la población civil Libia... pero es seguro que si mandan/mandamos los ejércitos a Libia es porque interesa económicamente. Si no fuera así no habría ni responsabilidad ni criterios éticos ni morales ni nada. ¿Será suficiente con una incursión militar de unos pocos días o será imposible impedir una larga guerra civil interna? Como muy bien decía hoy Llamazares: “la democracia no se exporta”, no es tan fácil. Desconocemos la estructura de la sociedad libia. El modelo que puede medio servir aquí es posible que allí no resulte válido, ¿de qué manera congregar los diferentes intereses y zonas tribales de un país tan extenso? En Irak y en Afganistan no se ha conseguido nada. Supongo que lo más probable es que occidente acabe imponiendo de algún modo a algún dirigente que le convenga (Gadafi también le convenía hasta hace muy poco...). De nuevo se hará oídos sordos a la voluntad del pueblo, se dará la espalda a toda esa gente valiente que se alzó en contra de la represión. Se les impondrá otro títere.


Demasiada hipocresía.






hollín

4 comentarios:

Tío Einar dijo...

Tema peliagudo éste... veremos cómo se desarrolla. Como twiteó el cabroncete de Santiago Segura: "¡No a la guerra! ¿O ahora no toca?"
Esperemos que aunque se persigan fines económicos (lo cual es obvio) se pueda dejar al pueblo libio en un estado que les permita, por lo menos, intentar democratizarse... ya veremos.

Supersonic-Man dijo...

Cuando les desarmemos con las armas que les hemos vendido, se la volveremos a revender de nuevo. Nosotros disparamos las balas y ellos que se las repartan. Ya lo dijo Gila.

Anónimo dijo...

No hay dudas, la gasolina está por las nubes

Sata

enero dijo...

Este asunto está bastante claro, a nadie extraña estas actuaciones...pero quedémonos con lo positivo del tema y es que seguramente sin Gadafi la población libia vivirá algo mejor y posiblemente, seguro gracias a que no es el único país árabe que está viviendo cambios, conseguirán algo parecido a la democracia.
El otro día el periodista de TV3 Joan Roure, experto en los países árabes, comentaba que tanto Líbia como la mayoría de los países árabes que actualmente están viviendo revueltas populares contra sus dirigentes hace mucho que son suficientemente maduros para vivir y asumir una democracia y que ahora se estaban dando las condiciones para conseguirla, sobretodo por este efecto domino que se está creando...así que, estoy convencida que, por mucho que las ayudas de occidente sean interesadas, ayudarles un poco no les hará ningún daño si el fin es conseguir acabar con este déspota que lleva casi 30 años en el poder y viviendo él y todos los suyos a cuerpo de rey.
Al fin y al cabo mejor ayudar a esta gente que no inmiscuirse en guerras escodándose en absurdas excusas que el tiempo ha demostrado que eran mentira.