Estos días estaba pensando en cómo he llegado hasta esta emoción contenida y cómo ha llegado Cave hasta un Pabellón Olímpico de proporciones injustas. Al contrario de lo que pueda parecer, Nick Cave no siempre ha sido mi santo de devoción, al menos con la formación y propuesta actual. Mucho me insistieron los listillos de mis amigos en que aparcara a mis adorados Birthday Party y retomara la oscura y visceral carrera en solitario de su descarriado cantante. Poco a poco me fui sumergiendo en su dramático mundo, su trasnochada elegancia, su etílica voz, y todo orquestado por unos músicos excepcionales con nombres propios e igual de abrasivos en sus distintas prolongaciones creativas. La semilla estaba brotando.Durante este intenso tiempo, muchas veces nos preguntábamos cual sería el local de BCN para acoger a Nick Cave, pero claro, su estimulada leyenda y sus imprescindibles discos aumentaban la cátedra de seguidores y de pensar que íbamos ha estar ensardinados en el Razzmatazz, hemos pasado a padecer por el desproporcionado aforo de una ubicación pensada para disfrutar deporte. Igualmente pienso ir limpio de prejuicios y tormentos que puedan privarme de la bendición que vamos a recibir esta noche, aunque sea en una cueva para eventos menos íntimos y espirituales.
God is in the Cave.
Se avecinan tiempos de poesía. Nos vemos esta noche Fanzineros.
Supersonic-Man
5 comentarios:
Allí estaremos
...venga, que os quedan tan sólo horas... :)
bien dicho,sín prejuicios es la mejor manera de olvidarse de todo y disfrutar(desinivirse)esa es la palabra.
fin de semana de rock&roll,joder que ganas de mandar todas los agobios por dos noches seguidas al fondo de mi matéria gris.
Ufffffff¡¡¡¡
Supersonic-Man
bueno, los qu eno fuimos esperamos la crónica...
Sikus,
Y.
Publicar un comentario