TERMÍNALO

Hoy acabo el año en lo que a ordenadores e interneses se refiere, y supongo, ya que vivimos irremediablemente atados a esclavas medidas de tiempo, que llegó la hora de recordar todas esas cosas que nos ha dejado el año transcurrido, tal vez con alguna arraigada sensación de intentar mejorarlo o para tomar conciencia de que somos solo parte de una burlona cadena de acontecimientos más o menos convenientes, más o menos comparables. Amparado bajo un decadente pseudo que dice mucho de mi humor y poco de mis pretensiones, puedo presumir de acabar unos de los años más importantes de mi peculiar existencia, y gracias a una persona que admiro por que sus logros son la esencia de mi admiración y el secreto de mi contenida felicidad.
Tranquilos, es sólo un paréntesis sentimentalista, el año que viene volveré con esos músicos con voces aguardientosas y corazones embebidos y a esas soporíferas películas para listillos que sólo vemos dos veces en nuestras insaciables vidas, vidas rebosantes de snobismo contenido y intelectualismo desaforado. Pero cómo mola.
Dedicado a esa persona.

Supersonic-Man