sábado, 1 de octubre de 2011

COMO EN CASA DE LOS ABUELOS , NINGÚN SITIO

Me han pasado el video de un anuncio que circula por las TV (valiente manera de intentar mantener limpia mi reputación) que parece ser que ha suscitado bastantes opiniones en cuanto su mensaje y por supuesto, sus despropósitos.



Tengo que admitir que al comenzar a verlo pensé que se trataba de un anuncio de seguros de vidas o algo peor y hasta llego a compartir el mensaje que nos cuentan, en donde nos recuerdan (o descubren) las bondades de la vida campestre. ¿Cursilería? Mucha ¿Sensiblera? Puede… ¿Con trampa? Por todos lados, y es que un amante de la vida rural como yo, aunque sea de simple husmeador, sabe que hay cosas que no cuelan ni con una musiquilla plagiada y vilipendiada. Primero hay que destacar a esos padres que se desentiende de sus vástagos utilizando los abuelos esclavos, que en la mayoría de las veces sólo quieren ver a los nietos en dosis pequeñas y tutelados. Aquí los abuelos tienen un pedazo de casa que te cagas con granja, caballos y otras bestias, establos, corrales, huertos. El caso es que todo parece ser que lo llevan entre los dos ancianos y encima tienen aún ganas y tiempo de leer, cocinar pizzas, cuidar de nietos y arreglar ciclomotores, y aquí es donde entra el niño huraño, que acaba disfrutando de tediosas e interminables dosis de pestuzos de piensos, mosquitos antropófagos y no nos engañemos, pájaros enjaulados en un ambiente rural.


¿Y mientras qué hacen los padres? Pues trabajar como burros para poder comprarle a sus hijos más consolas, más ordenadores y un tv de más pulgadas, ya que se ahorran las colonias y actividades veraniegas endosándole las tres criaturas a los abuelos esclavos. Luego está la pizza de las narices. ¿La hace la abuela? ¿La compran en el Mercadona? ¿Pizzas precocinadas en ambientes rurales? Todo es muy raro, como ese manojo de llaves para un modelo de ciclomotor que nunca ha precisado de llaves para ponerla en marcha. Del abuelo entrañable con barba a lo capitán Pescanova, yo no me fio ni un pelo.

“Como en casa en ningún sitio” reza el spot, pues eso, cada mochuelo a su olivo.
En cuanto a la canción, es una copia barata de "All is Love", compuesta por Karen O de los Yeah Yeah Yeahs para "Where the wild Things Are" de Spike Jonze.

A ver si nos fijamos en los detalles que delatan mercantilismo puro y duro recubierto de estética.

Supersonic-Man

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y para colmo el puto anuncio es interminable

Sata

Supersonic-Man dijo...

hay cortometrajes que no duran tanto

Anónimo dijo...

Y cuando acaban no piensas "toda esta bazofia para anunciar pizzas congeladas?"

Sata

Supersonic-Man dijo...

osea, bazofia para anunciar bazofia. Ya tuvimos un aviso este verano con el bulli y la cerveza Damm. Pronto cortometrajes de compresas buenrolleras con con música de bebe o algo peor.

Sergi dijo...

y aquí está el publicista:

http://youtu.be/KWNKAfT2q0Q

hollín dijo...

"hay muchos dioses que se transforman en robocops gigantes" claro, ahora se explica todo... madre mía!

A mí me ha gustado relativamente el anuncio porque me ha recordado cuando íbamos al pueblo y mis abuelos todavía vivían allí, cultivaban algunos bancales, tenían gallinas (nos dejaban recoger los huevos :D ), conejos, cabras, un cerdo y una mula. Para los nietos la experiencia era genial, el día de la recogida de las patatas podía ser una fiesta. Pero esos recuerdos son idílicos porque la vida que ellos llevaban era muy muy dura. Y calentar en invierno aquella casa de techos de cañas... imposible.

Y ahora lo recuerdas con cariño, pero entonces éramos los mismos niños desagradecidos que también estaban deseando volver a casa, a la ciudad, porque en la sierra sólo se 'cogía' la primera, cuando se cogía, y se veía con nieve.