domingo, 21 de octubre de 2007
ÓSCAR Y EL DESIERTO
Óscar es un encantador y precioso niño de dos años al cual he visto hoy bailar sobre la blanca arena, dorada por el sol del desierto. Alzaba sus brazos y giraba sobre si mismo, reía y reía; nada extraño en un niño de dos años.
A su alrededor, lo curioso: centenares de personas de distintas condiciones, bailaban inmutables, como sumidas en un trance invisible, sin apenas darse cuenta de que lo hacían. Hablaban, sonreían, bebían, observaban, pero todos se movían al mismo ritmo, partícipes de un ritual irreconocible que fue entrando en ellos como el aire de ese desierto.
¿Qué empujaba a esas gentes a ese comportamiento singular? ¿Qué hacía tan feliz a Oscar?
La respuesta estaba sobre una duna.
Un grupo de tuaregs, vestidos con espectaculares ropas blancas, celestes, granates, verdes; turbantes púrpuras, blancos, que escondían su tez pintada por el sol. En sus manos, sus armas. Fusiles en formas de instrumentos musicales que sometían las voluntades de los congregados allí, los dominaban con sucesivas notas hipnóticas que duraron mas de hora y media. Hasta despedir el sol.
Los padres de Óscar recogieron a su amado hijo y juntos, en su coche, volvieron a su vida rutinaria. Para Óscar fue un aprendizaje más: la vida sigue sorprendiéndole y resultándole una aventura hermosa y fascinante.
Recuerdo.
Barbasapiens
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3 comentarios:
Farka Touré y Tinariwen la misma tarde, gratis y al aire libre.
Y hay quien se queja de que los conciertos son caros y entre semana. Tampoco ví mucha prensa especializada siguiendo el evento.
Fanzinosis estuvo allí.
Mágico y embriagador (tenía ganas de utilizar esta palabra).
Supersonic-Man
Por cierto Barbasapiens, me ha encantado la narración que encabeza este comentario. Lo he disfrutado de corazón y lo he encontrado sinceramente embriagador(Ja¡ otra vez).
Supersonic-Man
Aplicándonos las enseñanzas de Baudelaire, así es, así es!!
Barbasapiens
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