CLICHÉS

Campo de batalla. Un soldado algo asustado y preferentemente joven enseña a un compañero una foto de su novia. Ella le espera para poder casarse con él en cuanto finalice la guerra. Grave error. Acaba de firmar la sentencia de que un obús acabe haciéndote saltar por los aires, esos sí, con derecho a balbucear unas palabras emotivas mientras le chutan morfina hasta en las uñas.

Una clásica fiesta en la piscina de una casa enorme e insultante. ¿Qué se celebra? Preferentemente son jóvenes de casi 30 tacos haciéndose pasar por adolescentes que festejan la graduación del instituto (véase Grease donde Olivia N.J tenía 29 primaveras). Si la película es de género de terror/suspense alguno acabará irremediablemente muerto en la piscina, a ser posible boca abajo, y si estamos tratando con un film cómico, es obligado que aquel que luzca mejor traje y peinado, caiga ridículamente en dicha piscina con algún gesto agitado y humillante.

Un OVNI con intenciones fascistas llega a la ciudad bajo el sigilo de la noche. Un dinosaurio malhumorado y preferentemente antropófago, circula por las calles desiertas mostrando claros indicios de comer humanos. ¿Quién es el único testigo de estas cotidianas apariciones que acabaran con la dimisión del alcalde? Indudablemente el clásico borrachín que oculta su vinacha en una bolsa de papel y que jurará y perjura que se tiene que plantear dejar de empinar el codo.

Este está apunto de divisar naves nodrizas, fijo.

Si eres asiduo al cine, sabrás que todas estas situaciones y muchas más, son clichés que se repiten con mucha frecuencia en las películas. El abuso de este lenguaje cinematográfico, puede convertir un film en una tediosa y bostezante tortura previsible. El cine de terror tal vez sea el que más recurre a todos estos clichés prefabricados y de dudosa aceptación. No hay que ser muy profeta para saber que ese muerto todavía le queda un par de trabucazos en las crisma para que no se vuelva a levantar, y que hay que ser muy pero que muy lerdo para andar de espaldas dentro de una casa donde acecha algún zombie con malas pulgas o el infalible psicokiller con problemas para ligar. Pero sin embargo ahí están esos clichés, esperando que algún guionista mal remunerado recurra a ellos.

. Si las florecillas flotan en el lago....adivinad, adivinad

Hoy hace 115 años que se inventó el cinematógrafo, que no el cine, este lo inventó Méliès y posiblemente el primer cliché también.
¿Por qué todas las bombas con temporizador llevan un cronómetro con los dígitos enormes?
¿Por qué cuando el malísimo de la película engancha al héroe en la penúltima escena de la película, en lugar de fulminarlo de un disparo o un golpe letal, sólo se dedica a zarandearlo y a lanzarlo contra los muebles y cajas de cartón vacías mientras le confiesa por qué no consigue encontrar novia?

Y el preferido por el populacho, el más infalible y resobado, el más humillador y con más mensaje subliminal para sembrar futuros monstruos y malignos. La protagonista lleva el pelo como la tonta del bote, preferiblemente trenzas, es portadora de unas espantosas gafas y viste normalmente vestidos terribles de su prima la del pueblo. Es el hazmerreir de sus compañeras y demás zarandeadores y guaperas de instituto/trabajo/vecindario. Te tragas casi dos horazas de bodrio de peli hasta que al final se anima transformarse en esa princesa castigadora que fustigará a sus mofadores, para acabar emparejada con el feucho que siempre supo ver lo hermosa que era por dentro.
Moraleja. Si llevas gafas siempre serás un perdedor y si eres bueno y amas al prójimo por su belleza interior, conseguirás tener novia. Un psicokiller menos.

Aquí os dejo un sitio donde podéis encontrar bien documentado y archivados los clichés más vistos en el cine debidamente clasificados y abiertos a cualquier aportación. El cine los necesita, la plebe los espera, nosotros como caterva las necesitamos para sentirnos realizados y poder escribir estos post tan previsibles.

Supersonic-Man