Foto: Dirty Three
Ya pasó el PS2007 y ya tenemos nuestras impresiones bullendo en nuestras retinas.
Aclarando que es imposible ver todos los conciertos y que aún queriendo ver los que de verdad me interesan tampoco consigo multiplicarme por tres, intentaré dejar un breve calado sobre lo poco que mi tiempo me otorgó y mis deberes extramusicales me obligaron en forma de prudencia y dedicación.
Tengo que decir que nunca dejaréis de sorprenderme. El desfile de gafas terribles, bochornosas e inmundas que he logrado distinguir en todo el festival, es realmente el punto que me arrebató mi admiración y mi hasta ahora escueto sentido del sinvergüencismo . Jamás pensé que esas parras por las cual en el cole pasabas por perdedor y cegarruto se iban ha convertir en esa pieza codiciada del contenedor de basura que os iban a dar ese aire casual, entre grotesca tendencia retro pop y espantajo de los melones. Ya lo decía la abuela de alguien “La mierda de hoy es el oro de mañana”
Este año pulsera y tarjeta de control. El año que viene además un chip implantado en el cuello con seguimiento por GPS .
La comida la misma bazofia pueril de cada año, menos mal que la úrica cerveza ayuda a disolverla. En Hotel AC de enfrente cuesta lo mismo con copa helada y sentado en un sofá mientras escuchas a Dean Martin.
Colas las obligadas, para no perder esa imprescindible sensación de borreguismo.
El ambiente bastante agradable, si no fuese por que muchos se creen que están en la verbena de su pueblo y otros en un locutorio árabe.
¿Dónde están esos románticos mecheros en alto meciendo una balada de Scorpions? Ahora sólo se ven celulares encendidos haciendo fotos de mierda y hablando con el del concierto de al lado.
Tengo muchas ganas que la música deje de estar de moda, ya que realmente para dos aplicados que aprenderán algo, ocho están fastidiando al prójimo con sus tertulias y su indiferencia hacia el artista. Vivimos en tiempos de coleccionar entradas y desvirtuar vivencias únicas. Pero este tema ya lo trataremos más adelante.
Pasemos a lo que nos interesa.
Comets on Fire. La sorpresa de la noche. Sonaron con la intensidad que deben rezumar esas bandas que hacen grandes los festivales .Y sonaron a eso, a festival de Rock inyectado en garajeo ruidoso y anfetaminizado en psicodelia sesentera. Los mejores de la jornada.
Girls Againts Boys. Nunca hubiera imaginado que ellos iban a ser el recuerdo más positivo del festival. Cayeron todos los temas que teníamos aletargados en nuestro garaje mental, donde el hardcore se cobija como la espina hiriente que nunca debería dejar de sangrar. Mi rodilla derecha queda como punzante firma de un gran concierto.
Sonic Youth. Tengo la incómoda sensación de que fue el mejor concierto, pero la masificación del escenario y la carga de 12 conciertos en mi chepa me acobardaron justo ahí, donde los decibelios desfallecen y los rostros claman a una letanía en vez de a un concierto de Rock. Me parece que sonaron impecables.
Mike Patton & Fennesz. Señor Patton, te he visto ya de todos los colores y abandero la grandeza de todas tus propuestas. Pero esta noche no invadirás mis pesadillas. Hasta mañana zzzzz.
No continuo para poder dar paso a más supervivientes que siempre pueden ofrecer la visión
de algún concierto perdido en la abundancia y magnificado hasta el punto de maldecir la mala hora que te lo perdiste. Tampoco es para tanto. O si.
Supersonic-Man
Aclarando que es imposible ver todos los conciertos y que aún queriendo ver los que de verdad me interesan tampoco consigo multiplicarme por tres, intentaré dejar un breve calado sobre lo poco que mi tiempo me otorgó y mis deberes extramusicales me obligaron en forma de prudencia y dedicación.
Tengo que decir que nunca dejaréis de sorprenderme. El desfile de gafas terribles, bochornosas e inmundas que he logrado distinguir en todo el festival, es realmente el punto que me arrebató mi admiración y mi hasta ahora escueto sentido del sinvergüencismo . Jamás pensé que esas parras por las cual en el cole pasabas por perdedor y cegarruto se iban ha convertir en esa pieza codiciada del contenedor de basura que os iban a dar ese aire casual, entre grotesca tendencia retro pop y espantajo de los melones. Ya lo decía la abuela de alguien “La mierda de hoy es el oro de mañana”
Este año pulsera y tarjeta de control. El año que viene además un chip implantado en el cuello con seguimiento por GPS .
La comida la misma bazofia pueril de cada año, menos mal que la úrica cerveza ayuda a disolverla. En Hotel AC de enfrente cuesta lo mismo con copa helada y sentado en un sofá mientras escuchas a Dean Martin.
Colas las obligadas, para no perder esa imprescindible sensación de borreguismo.
El ambiente bastante agradable, si no fuese por que muchos se creen que están en la verbena de su pueblo y otros en un locutorio árabe.
¿Dónde están esos románticos mecheros en alto meciendo una balada de Scorpions? Ahora sólo se ven celulares encendidos haciendo fotos de mierda y hablando con el del concierto de al lado.
Tengo muchas ganas que la música deje de estar de moda, ya que realmente para dos aplicados que aprenderán algo, ocho están fastidiando al prójimo con sus tertulias y su indiferencia hacia el artista. Vivimos en tiempos de coleccionar entradas y desvirtuar vivencias únicas. Pero este tema ya lo trataremos más adelante.
Pasemos a lo que nos interesa.
Comets on Fire. La sorpresa de la noche. Sonaron con la intensidad que deben rezumar esas bandas que hacen grandes los festivales .Y sonaron a eso, a festival de Rock inyectado en garajeo ruidoso y anfetaminizado en psicodelia sesentera. Los mejores de la jornada.
Girls Againts Boys. Nunca hubiera imaginado que ellos iban a ser el recuerdo más positivo del festival. Cayeron todos los temas que teníamos aletargados en nuestro garaje mental, donde el hardcore se cobija como la espina hiriente que nunca debería dejar de sangrar. Mi rodilla derecha queda como punzante firma de un gran concierto.
Sonic Youth. Tengo la incómoda sensación de que fue el mejor concierto, pero la masificación del escenario y la carga de 12 conciertos en mi chepa me acobardaron justo ahí, donde los decibelios desfallecen y los rostros claman a una letanía en vez de a un concierto de Rock. Me parece que sonaron impecables.
Mike Patton & Fennesz. Señor Patton, te he visto ya de todos los colores y abandero la grandeza de todas tus propuestas. Pero esta noche no invadirás mis pesadillas. Hasta mañana zzzzz.
No continuo para poder dar paso a más supervivientes que siempre pueden ofrecer la visión
de algún concierto perdido en la abundancia y magnificado hasta el punto de maldecir la mala hora que te lo perdiste. Tampoco es para tanto. O si.
Supersonic-Man
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