Ayer se celebraron varios cumpleaños de miembros de la caterva y entre ellos, desafiando a las desdichas y supersticiones, yo también obtuve mi ofrenda por adelantado, ante la inevitable cumplida de años que se me avecina en breve. Años ya pocos celebrables, por cierto, pero que aún causan respeto y veneración por parte de miembros más alevines. Es curioso y honorable a la vez, comprobar que la vida en ocasiones te devuelve tus enseñanzas, a veces disfrazadas, a veces en forma de mensaje irónico, a veces en una suerte de conjuro casual. Eso sí, siempre con intenciones siempre culturales, que por una extraña y no dudo que justificada razón, siempre son bien acogidas por mi parte. Y aquí es donde os muestro cual fue mi inquietante regalo
. Conocedores son por todos mis allegados por mi pasión desmedida por la Antigüedad clásica y sobre todo, la Historia del Imperio Romano y todos sus entresijos. Hasta aquí todo normal, pero cuál fue mi sorpresa descubrir que las tapas-covers del libro eran reversibles y siguiendo las instrucciones que os aporto en forma de imágenes, mi acreditado libro se convertía en un interesante libro de fotografías de Richard Kern ¿o era al revés?
Gracias caterva. O no.
Supersonic-Man
2 comentarios:
Juas que buena esta escena, la primera vez que la vi no podía dejar de reír, JAAA!
Oye, pues qué regalos tan interesantes te hacen los colegas ;P (ya te lo pasarás, jee)
Me apasiona el imperio romano.
Casi tanto como la obra de Richard Kern.
Publicar un comentario