jueves, 30 de diciembre de 2010

COMO DIJO BOD DYLAN...


¿Qué te hace pensar que si me fuera imposible descargarme tu disco me lo iba a comprar? ¿Todas esas organizaciones e instituciones que se creen los salvadores de la música, y que están tan preocupados por la venta de discos, no deberían mostrar mayor interés por apoyar y favorecer a los nuevos proyectos musicales? La industria no encuentra soluciones, ya que tienen ocupadas sus ideas en añorar esos billetes que no han sacado durante años, billetes que ya nos les llegan con la facilidad y urgencia que hubiesen deseado. Atrás quedan años de palmaditas en la espalda, rememorando los tiempos en que se comercializó el CD con la bajada de costes de producción que supuso, cosa que nunca se vio reflejado en nuestras tiendas de discos preferidas. Ahora nuestra tienda de discos favorita está en nuestro ordenador.


Tenemos una herramienta que hace años ni hubiéramos soñado. Música a la carta. Música de usar y tirar. Un disco nunca fue tan impersonal como ahora, pero nunca llegó a tanta gente y a tantos sitios. Los precios de los conciertos dan cuenta de ello y el incremento de bolos también.

No nos engañemos, la propiedad intelectual merece ser retribuida, y en esto creo que estamos muchos de acuerdo, pero recordemos que el modelo obsoleto de la industria musical, destina gran parte de sus esfuerzos en criminalizar al “pirata” cuando lo que debería hacer es adaptarse a la era digital.
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La pregunta que se deberían hacer, no es cómo conseguir que el usuario compre más discos, sino cuales son los contenidos por los que los consumidores hoy en día, están dispuestos a pagar y en qué modo. La red está cubriendo y cumpliendo un vacio de promoción que nos han negado las infumables cadenas de tv y los inexistentes canales de radio. Desde ese altruismo, este blog y muchos otros, y otros particularmente, aportan ese granito para esclarecer, en la medida de lo posible, esa saturación de autoedición y promoción por el que han optado muchos grupos, en una clara estrategia de darse a conocer prescindiendo de los medios que les ignoran.

Nos plantamos en el 2011 y nadie ha puesto la solución a gusto de todos, ni nada que se le parezca. Ya es hora de que seamos realistas y reconozcamos que hace falta un cambio en el negocio, un cambio en nuestra manera de entender las nuevas tecnologías, y espero que sea antes de que se nos olvide, que hubieron unos tiempos en que todos soñábamos con estos prodigios que nos rodean y colman nuestra sed de maravillarnos, y no la codicia de un disco duro lleno de buenas intenciones y promesas a olvidar.

Supersonic-Man

8 comentarios:

Lex Luthor dijo...

Joder!gran entrada.No hace falta decir nada mas(no,y no soy Cruyf).

Tío Einar dijo...

El problema lo tiene la industria, yo no... Yo a lo mío, a apoyar a los grupos que me gustan de la forma que crea conveniente.

Anónimo dijo...

Los gestores del legado de Michael Jackson editarán ¡diez discos! que no beneficiarán al artista, para nada. Con este simple ejemplo queda bien clarito que los primeros piratas (o carroñeros, o parásitos, llamádlos como queráis) son los que controlan la industria musical. Seguramente sin su afán de enriquecimiento no se hubiera llegado a este extremo.
El buen artista no teme a estos cambios (sólo hace falta leer las opiniones de gente como Bowie), quienes lo temen son los PARÁSITOS que han vivido a costa del aficionado a la música y del artista.
¿Con qué cara me puede pedir la industria que no me baje un disco?

Sergi

hollín dijo...

Son unos avaros. Yo nunca he podido comprar la cantidad de música que les hubiera gustado venderme. En caso de que se pongan en plan EEUU con multas multimillonarias siempre podemos volver al intercambio físico y copia, ¡aunque sea en caset! Demasiadas garrapatas sobrealimentadas durante décadas, ojalá hubiera un cambio que las hundiera a ellas y a la vez revitalizara la creatividad.

hollín dijo...

Ey! la foto de la caravana está muy chula ;)

beta dijo...

AMÉN!

ana dijo...

requete-AMÉN!!

Supersonic-Man dijo...

Son obvias las grandes cosas que ha traido el MP3 - aparte de un sonido ultra baja fidelidad - y empezando por un corte de mangas a asociaciones que hacía eones que se merecían una exploración rectal, pero ahora que hemos hecho la revolución, igual estaría bien volver a pensar con la cabeza, digo yo, ya que acabo de desembolsar 145 euracos para el PS2011 y en el CD-Drome de BCN están comiéndose los mocos.