DESDE EL ESTÓMAGO

Una vez más haremos una incursión de equilibrismo sobre esa finísima línea que separa lo cómico y familiar en algo siniestro y perturbador. Podría prodigarme en recordaros el malrrollismo que emanan los muñecos de los ventrílocuos, y porque lo vamos a negar, los mismísimos ventrílocuos, pero creo que la colección de foticos que he ido coleccionando durante un tiempo, habla por sí misma, y como mucho me explayaré en ciertos puntos oscuros que envuelven a estos engendros de la farándula.
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No hace falta que os recuerde, que se tratan de artistas que intentan ambientar con algo parecido al humor a través de un muñeco y la voz proveniente de su estómago. Y aquí es dónde quiero ahondar, porque realmente del estómago sólo salen cosas desagradables y pestilentes, como el recurrente y socorrido gag de humillar al respetable con lindeces tipo “No se ría tanto señora o la silla no soportará su peso” o “Menudo peluquín lleva el caballero de la fila 3” todo ello transmitido cobardemente por el movimiento de la boca de un muñecajo del infierno.

Aquí también sufrimos el caradurismo de ciertos ventrílocuos que ahora no quiero mencionar por aquello de la hiel y otras llagas, y que se forraron a lo grande con su humor vergonzante made in inserso y aliñado en ensaladas de cómicos refinados tipo Jordi LP, Arévalo o Marianico el Corto.

Toda una vasta iconografía de muppets terroríficos, siempre con ese aspecto de efluir aromas rancios de alcanfor o antipolillas


Supersonic-Man