LA ESCUELA DE LA VIDA

Recuerdo como el profesor de gimnasia nos hacía correr durante una hora los viernes por la tarde, con el perverso propósito de que el fin de semana lo pasáramos probando mil pócimas inútiles para aliviarnos las terribles agujetas que nos dejaban tronchados. O como nos prometían un loco sábado de playa y nos hacían quedar a las 6:00 horas de mañana, para regresar poco antes de las 9:00, justo cuando las chicas empezaban a llegar y el sol comenzaba asomar. O esas abejas antropófagas que importaron de Tanzania y repartieron por los setos que nos separaban del colegio chicas, para así de esta manera mantuviésemos las distancias a raya y el aguijón a resguardo.
Es que el aquí presente, estudió en un colegio de Opus Dei y todos sabemos la obsesión por el sexo que sufren estos pervertidos. No, no pienso despecharme a estas alturas, y menos con mi fe desparramada por mis vicios (sanos) y otros pecados. Sólo pienso en ese profesor o cura que nunca tuve para que me mostrara con paciencia lo que era la empatía, el respeto, la inquietud por aprender, etc. Cosas aparentemente inútiles, pero que en un futuro me hubiesen servido más que las ecuaciones de segundo grado o los avemarías de penitencia por cada pensamiento “sucio”.
Este documental que fué emitido hace tiempo en un canal autonómico, me conmovió mucho, sobre todo al conocer a Toshiro Kanamori profesor de una escuela pública de Japón enamorado de su trabajo y que intenta conjugar dos cosas: el aprendizaje y la diversión, y nos recuerda que venimos a clase para ser felices y eso sólo se consigue teniendo una vinculación con los compañeros de aula.
“Deja que la gente viva en tu corazón”. Esta es la frase que resume este premiado documental que para los que tengan el tiempo y la voluntad de verlo entero (está dividido en episodios) será un retroceso a esa aula en la que nos gustaría haber estado.
Como dirían Tío Einar y Hollín "las religiones no tienen la patente de las buenas acciones en el mundo". Pues eso.




Para verlo subtitulado en español.

Supersonic-Man