sábado, 24 de diciembre de 2011

ALUCINANDO CON SANTA CLAUS


Repito esta entrada ya que hollín me pidio volver a leerla de nuevo:

Cuenta una leyenda escandinava que Hold Nickar, el espíritu del mes de diciembre, cruzaba el cielo montado en un macho cabrío durante el solsticio de invierno, distribuyendo bendiciones a sus adoradores.


También en la mitología nórdica dos machos cabríos mágicos: Tanngnjóstr (quien rechina los dientes) y Tanngrisnir (dientes esparcidos) conducían el carro alado del dios Thor. La figura del gordo bonachón de Santa Claus surcando los cielos, sería heredera de estas tradiciones y la suma de muchos símbolos paganos. Desde las fiestas – a mediados de diciembre- que en honor a Saturno celebraban en Roma, al final de las cuales los niños recibían regalos de todos los mayores. Hasta su relación con los anuncios de Coca-Cola.

El vuelo en trineo tirado por renos, surgió de los trances psicodélicos de el pueblo sami inducidos por hongos. El efecto sobre los renos de la Amanita muscaria no pasó desapercibida por los lapones e indujo a su consumo.



Los chamanes que cogían las setas, acostumbraban a regalarlas a la tribu por el agujero de la chimenea que había en el centro de las tiendas (y que a veces, servía como entrada alternativa). Todo ello da un origen alucinógeno y extraño a Papá Noel:



Desde que conocí esta interesante historia, cada año adorno mi árbol de navidad con pequeñas reproducciones de Amanitas que curiosamente venden para tal efecto.

Supersonic-Man

3 comentarios:

Eskilhans Bellosta dijo...

No, si los renos lapones de tontos no tienen un pelo! jejeje ;) Me gusta mucho esta leyenda de Santa Claus. Gracias, Supersonic!

hollín dijo...

Muchas gracias!
La historia, cuanto más antigua, más interesante
¡Viva el solsticio de invierno! ¿Por estas latitudes se ven amanitas? jeee, estaría bien poder experimentar un poco de ese espíritu navideño ;P

Supersonic-Man dijo...

las comidas familiares también son alucinógenas