
Comparativa de desempleo 2011 por países
Cuando se publican los resultados de este conocido barómetro, en las noticias únicamente quedan reflejadas las respuestas a preguntas del tipo ¿cree que la situación económica es mala? ¿cree que en el próximo año puede mejorar? ¿considera que la situación política española es mala? ¿cree que está peor que en 2010?... O preguntas sobre ¿qué preocupa más a los españoles? ¿el paro, el terrorismo, la corrupción política, la inseguridad en las calles?... Rollos patateros que no van a ninguna parte.
Me ha sorprendido descubrir aquí que en la encuesta no sólo nos preguntan por los políticos y por la economía, las cuales todos sabemos que están fatal, también preguntan a los entrevistados sobre qué están haciendo para intentar cambiar las cosas. Estooo... parece ser que la gente sólo sabe quejarse... pero nada más.
Aquí tenéis los resultados (¡Juas!):
- El 52,7% de los encuestados reconoce que nunca ha firmado o recogido firmas.
- Un 69,7% jamás ha comprado ciertos productos por razones políticas, éticas o simplemente para favorecer el medio ambiente.
- El 72,1% no ha dejado de comprar o ha boicoteado algún producto por los mismos motivos.
- Un 61,3% no fue nunca a una huelga.
- El 54,6% tampoco asistió a una manifestación.
- El 75,7% no acudió nunca a ninguna reunión o mitin político.
- El 87% no ha contactado jamás —ni siquiera lo ha intentado— con un político o política para expresarle sus opiniones.
- El 93,3% tampoco ha hecho lo propio con medios de comunicación.
- El 73% no ha donado ni recaudado fondos para una determinada actividad social o política.
- El 91,3% no ha aprovechado el potencial de Internet para participar en foros, blogs o grupos de discusión política en la red.
De este modo el Centro de Investigaciones Sociológicas nos muestra las acciones que serían útiles contra los problemas actuales de la sociedad, que servirían para cambiar las cosas en referencia a la situación política y económica sobre la que están consultando a los ciudadanos. Esos mismos ciudadanos que no quieren ni oír hablar de tener que mover ni un dedo. Que les dejen en paz, hombre!, sólo quieren que les permitan continuar quejándose tranquila e inútilmente.
Pues, con este percal, lo realmente extraño es que no nos vaya peor, porque como decía una viñeta de Manel Fontdevilla: “Somos gilipollas y lo saben”

Hay otra manera de hacer las cosas, o simplemente de hacer algo, en lugar de esta pasividad agonizante. Los españoles nos creemos muy listos, listísimos, y mientrastanto actuamos como los de la foto, como una especie de patética recua, dirigiéndonos fatalmente hacia...
hollín













Espero que mi abuelita haya encontrado algún imaginario más amable del que le vendieron en vida. Vivió 99 años amables y ayer se fue de puntillas sin hacer mucho ruido, para no molestar.






Una vez revisado el eje principal del comportamiento humano, pasemos al asunto grave que me tiene sin dormir hace días. La culpa la tiene este video que nos llega desde Méjico, donde la humanidad una vez más se pone en el punto de mira de ser borrada de la faz de la tierra. Visualizar el documento es estremecedor y después de conocer los individuos que aparecen, vamos a empezar ver a los emos, goticas obesas e incluso skinheads como tribus urbanas adorables y con implicación cultural en la sociedad. No exagero. Ni plagas, ni pestes ni la apertura del séptimo sello, la amenaza que aquí se narra es mucho más terrorífica y cruel. Y lo peor de todo, es que se propaga vía Youtube, mucho más letal que cualquier isótopo radiactivo o cualquier castigo divino. Estamos hablando Las Botas Picudas. 
Y por petición unánime de los asistentes en las últimas ediciones, volverá a pichar DJ 



Fanzinosis



. Supersonic-Man
Yon Guein o Jon Baine , campaba su fachismo en las sobremesas de los sábados y repartía plomo a todo malhechor sin novia que se terciase, para regocijo de padres pantufleros. Hasta que de vez en cuando la programación dejaba escapar algún titulillo de estos para levantarla moral monárquica del país y los sueños de muchas madres que exclamaban entre suspiros aquello de ¡Qué bien trabaja Vicente Parra!!