"¿Sabemos dónde está el secreto del gin-tonic? Tal vez esté en la tónica, tal vez lo esté en la manera de colocar los hielos o tal vez la forma en la que se sirve la ginebra. Varios son los componentes y muchas las formas, pero parece que el vallisoletano Pedro Toribio, de la cafetería Toribio Riesco,sabe perfectamente dónde está ese secreto: ayer fue proclamado en San Sebastián campeón del concurso internacional de gin-tonic 'Jordi Estadella'. Toribio ya había ganado antes el concurso de gin-tonic de Valladolid...." leer más
Bueno, ya que el mundo lo pide y nosotros lo necesitamos, aquí va mi receta particular y tope de snob, y eso que luego me conformo con cualquiera, pero bueno, también están los que dedican los domingos por la mañana a sacudir las alfombrillas del coche y yo no digo nada.
La orquesta empieza, los cubitos golpean nerviosos el frágil cristal de bohemia de nuestra copa. La mano que agarra la copa, es bautizada por miles de gotitas que explotan dentro de nuestro combinado. Ya eres el rey de la fiesta, aunque la fiesta sea ver como las moscas golpean el fluorescente de tu cocina o tus cuñaos lleguen a casa para apurar los últimos alcoholazos que nos sobraron las navidades pasadas. Es que no distinguen.
Bueno, ya que el mundo lo pide y nosotros lo necesitamos, aquí va mi receta particular y tope de snob, y eso que luego me conformo con cualquiera, pero bueno, también están los que dedican los domingos por la mañana a sacudir las alfombrillas del coche y yo no digo nada.
Imprescindible que todos los materiales que ahora mencione estén previamente guardados en la nevera. Esto denota tu prevención para no caer el Gin Tonic desgraciado y por consiguiente malhumorado. Olvídate de vasos de tubo “hinca-narices” y los vasos de Nocilla que has ido coleccionando con esmero para el ajuar, y saca esa copa vino abovedada que reservas para tus vinachas más preciadas. Ya puedes echar hielo hasta decir basta. Para evitar los cubitos de gasolinera, que a saber de qué poza sectica han sacado el agua, o la del grifo, que ya viene con la cal incorporada para disimular el cloro, lo mejor es utilizar agua de manantial - en caso de que vivas cerca de Heidi - o en su defecto, agua embotelladla con adornos de montañas nevadas y nombres de afluentes de ríos. Cortar una rodaja de lima y hacerla coincidir entre los cubitos para que quede ubicada más o menos a mitad de la copa, como si de un mosquito atrapado en ámbar se tratase. Es el momento de sacar nuestra ginebra elegida (las más seca posible) y calibrar nuestro pulso en verter la cantidad justa y exacta que será la que decida el éxito de nuestro Gin Tonic. Hay fórmulas para ajustar y compensar este delicado equilibrio, pero yo particularmente dejo que la propia inercia de mi muñeca gire en el momento preciso para no sobrepasar el exceso. Vendría a ser un poco menos de un vaso de chupito, siempre es mejor quedarte corto que pasarte, esto es importante. Ahora es el momento de añadir el zumo resultante de exprimir esa media lima que hemos utilizado anteriormente, es más, con tal de no sacar más bártulos para luego lavar, aprieta con vigor el limón con la mano y que salga lo que salga. Llegó el momento de la tónica. Vamos a ver. La socorrida tónica Schweppes siempre acaba sobrando, luego está la Nordic que ya se las arregló para sacar la medida justa para clavar esos porcentajes, pero aquí la elegida es la Fever-Tree (sin conservates ni venenos, dicen) que viene en botellines y hay que confesar que si no nos aplicamos con el hielo, igual se nos queda un poco corta. Pues eso, la manera de servirla es inclinando totalmente vertical el botellín, para que rompa con toda su bravura contra los ingredientes, y empiece ese chisporroteo que anuncia que la función ya va a comenzar. Es el momento de asir una batuta para dirigir esta impagable sinfonía. Introducir la batuta abriéndose por el hielo y menear con garbo en sentido de las agujas de reloj o a la inversa si nuestro reloj es digital y no nos acordamos. Volvemos a recurrir al gurruño de lima que nos queda y la pasamos por el borde de la copa para dar un poco de glamur, en caso de que alguien nos esté observando, y.....¡ ya está!
La orquesta empieza, los cubitos golpean nerviosos el frágil cristal de bohemia de nuestra copa. La mano que agarra la copa, es bautizada por miles de gotitas que explotan dentro de nuestro combinado. Ya eres el rey de la fiesta, aunque la fiesta sea ver como las moscas golpean el fluorescente de tu cocina o tus cuñaos lleguen a casa para apurar los últimos alcoholazos que nos sobraron las navidades pasadas. Es que no distinguen.
Para los que no beban, les dejo este video de de Calamaro ya que los Pogues son más de guiskises.
Supersonic-Man
14 comentarios:
Todo esto está muy bien, pero ¿cuándo nos explicas cómo hacer un buen "nescuí"?
Vaya vaya, veo que tenemos que compartir experiencias.
Sata
Así es, así es... pero Tú y Yo sabemos que la clave de un buen Gin Tonic es una buena compañía...
Ciertamente el gin tonic requiere de una cuidadosa preparación, como un buen post requiere de buena literatura, ¿no? Aquí hay de los dos. Se ve que sabes del asunto; como parece que te gusta la burbuja (y estas nuevas son bastante light) te invito a dejar atrás los prejuicios y probar alguna ginebra de marca premium -Martin Millers, por ejemplo, la misma London Nº1...- con la tónica Schweppes: no se te queda sin gas en pocos minutos y su amargos hace estupendo contrapeso con las más aromáticas. Saludos!
Cierto es que la Fever Tree tomada sóla es como si te estuvieses enchufando un paracetamol esfervescente y cede protagonismo a ciertas ginebras en su combinación.
Pero veo interesante esa propuesta que ofreces y no dudaré en afinar mi papaladar en la próxima cata. Me lo apunto.
Gracias por el comentario Gonzalo.
La Martin Millers está probada y es espectacular. Que la tenemos en un bar de Santa Perpetua, ojo!!!
Personalmente prefiero quitarle el gas a la tónica. Llamadme hereje.
Sata
orrrrr! ¡Qué gran post! Jeee! Un campo que estoy dispuesta a investigar intensamente... me gusta la Fever Tree por su gas tan fino, hummm que bo (ahí estoy con Sata)
Y gracias al Sr. Beta pude probar una ginebra que me resultó curiosa, floral, creo que era Hendrick's, una pasada :)
Me tonifica comprobar el gran nivel de Yintonismo que se aprecia en vuestros comentarios. Gracias.
Es por ello que os desvelaré el EL SECRETO del TITONIC
http://www.worldwidefred.com/ginandtitonic.htm
"Cierto es que la Fever Tree tomada sóla es como si te estuvieses enchufando un paracetamol esfervescente" jajajaja!
Perdona que me ría, nunca lo habría podido expresar tan bien!
Pero bueno, habrá que atender también a las raíces médicas de la tónica, no? :)
Yo también soy defensora de la Schweppes, incluso con Hendricks! ;)
Y Sergi: tienes toda la razón: este señor puede escribir una receta de "nescui" y seguro que exprime también todo el jugo a su literatura! ;)
Ostis! qué bueno el Titonic!
Me ha encantao... Supersonic Man... creo que tenemos más de una cosa en común! ;)
¡Que fisnos! je, je, je ¿Para cuando la receta del auténtico kalimotxo de cubalitro?
Gracias Sonia por tu comentario y por dar credibilidad a mis textos y ya que comentas la propiedades sanadoras de la quinina, tengo que confesar que comencé a automedicármela para prevenir la malaria, nunca se sabe.
Y ahora os congrego a todos para brindar por nuestra patrona, la difunta Reina Madre de Inglaterra. ¡¡¡Salud a todos¡¡
No se si lo sabéis, pero en Tanqueray organizan fiestas de "el coctelero en casa". Te viene un coctelero, te trae Tanqueray normal y Tanqueray Ten (genial) y te hace varios cocteles, te regalan copas balloon y te dejan un par de botellas, y todo gratix.
Cuán gratificante sería compartirlo con algunos másters en la materia.
Sata
Pues mucho mejor que las reuniones de Tuppers. A dónde vas parar.....
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