viernes, 7 de mayo de 2010

Comercio JUSTO



Aprovechando que el 8 de mayo es el Día Internacional del Comercio Justo, puede ser una buena ocasión para introducirnos en la cuestión. El tema es en verdad sencillo, pero sin embargo me resulta difícil de describir. Empecemos.


Puede haber una diferencia abismal entre comprar un producto de la manera habitual y adquirir el mismo producto con garantía de ‘Comercio Justo’.


Comercio Habitual


¿Qué consecuencias pueden tener nuestros actos de cada día en las simples acciones necesarias para proveernos por ejemplo de comida o de ropa? Para empezar a tener una idea tenemos que analizar a las empresas que fabrican las cosas que compramos.

¿Cómo trabajan las empresas que han fabricado los cereales del desayuno que ves en aquel estante, esta tableta de chocolate o ese café instantáneo? ¿Qué derechos laborales tienen los trabajadores que fabrican este bolso de marca en Indonesia?

La característica principal que define el modo de proceder de estas empresas es que son empresas capitalistas: tienen que entregar beneficios a sus accionistas y, por lo tanto, se basan en CRITERIOS EXCLUSIVAMENTE ECONÓMICOS.

Unas pocas empresas tienen el monopolio de un producto, por ejemplo el cacao o el café, siendo los únicos compradores de esa materia prima en el país de producción. Su objetivo será obtener esos productos al precio más bajo posible. Hay gente en África, Sudamérica y Asia que lo único que tiene es su tierra. Parece normal que esta gente intente ganarse la vida cultivando esa tierra pero, después de un año de duro trabajo, las multinacionales no les pagan por las cosechas lo suficiente para mantener a sus familias. Los campesinos se ven forzados a vender sus tierras, ¿y luego qué? Ricos latifundistas reunirán muchas hectáreas para cultivar el mismo producto (de manera más ‘rentable’) y ofrecerán salarios miserables a esos mismos campesinos. Normalmente los niños también tendrán que trabajar para contribuir a la economía familiar. La otra opción es emigrar hacia las superpobladas y paupérrimas periferias de las grandes ciud

ades en busca de trabajo (el cual es posible que puedan encontrar tristemente como esclavos en talleres de producción textil). Estas migraciones internas han crecido a la par que la Globalización.

Se pierde la tierra, la cultura, la identidad. Falta de atención médica, explotación infantil, discriminación de la mujer... permanecer en la más absoluta pobreza.


Comercio Justo (Sello Fair Trade)


¿Cómo se han fabricado esas otras galletas, esa mermelada o ese azúcar de caña?


En la fabricación de los productos de Comercio Justo se tienen en cuenta CRITERIOS ÉTICOS Y MEDIOAMBIENTALES, como por ejemplo:


  • Salarios y condiciones de trabajo ‘dignos’. Esto es que se respetan los derechos humanos y los derechos laborales.
  • Ausencia de explotación infantil.
  • Igualdad entre hombres y mujeres.
  • La relación comercial se establece a largo plazo para ofrecer mayores garantías y seguridad económica.
  • Los productores se organizan en cooperativas, donde cada miembro puede participar democráticamente.
  • Los productores destinan parte de los beneficios a las necesidades básicas de su comunidad: educación, sanidad, etc.
  • Respeto por el medio ambiente.


Esta es la teoría y, aunque ésta no se cumpla al 100% (y para los escépticos aunque no se cumpliera ni en un 40%, por ejemplo), las diferencias están claras: un sistema acrecienta las diferencias entre ricos y pobres, aumentando sin límite el sufrimiento de millones de personas, contaminando y alimentando conflictos violentos, mientras que el otro sistema pretende establecer unas relaciones comerciales más justas, eliminando intermediarios y procurando a los agricultores la posibilidad de ganarse la vida con su trabajo.


Por un lado parece muy difícil poder cambiar la inercia de cómo están montadas las cosas pero quiero plantearos otro punto de vista.



Si comprar es una acción que realizamos todos y lo hacemos constantemente, en el caso de que modificáramos nuestros hábitos de compra y al ser millones de consumidores, ¿no tendría esto un efecto enorme?


Cada vez hay más gente que piensa que la mejor ayuda que pueden ofrecer los países del ‘primer mundo’ a los países en vías de desarrollo es el establecimiento de relaciones comerciales éticas y respetuosas. La idea del CJ surgió en 1964, en una conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo y, lo que en un principio seguramente pareció una idea completamente utópica, ahora se desarrolla a través de 586 organizaciones de productor@s repartidos en 58 países del sur (según datos de 2006), y las ventas de estos productos en 2005 supusieron 1.100 millones de euros. Insuficiente, seguramente, pero justo por eso hay que apoyar estas iniciativas, para que hagan una sombra cada vez mayor sobre las empresas capitalistas sin escrúpulos.


Concluyendo!, os invito a disfrutar este fin de semana (si el tiempo nos lo permite...) de las ferias y actividades que se han programado en torno al CJ y a la Banca Ética a lo largo de toda la geografía catalana. Encontraréis toda la información en esta web: www.festacj.org


hollín

5 comentarios:

hollín dijo...

jopeta con el blogger este, no sé porqué salen las fotos tan petitas...

papish dijo...

¿Pueden coexistir las fuerzas del mercado y la justicia?
....................................................................................
¿PODRÁ ALGUNA VEZ SER JUSTO EL COMERCIO JUSTO?

http://www.awid.org/esl/content/view/full/41113/(language)/esl-ES

Anónimo dijo...

En efecto, si cambiasemos los hábitos de abastecimiento podríamos cambiar la tendencia de la producción de productos básicos, pero mi pregunta es: están preparados los productores de comercio justo para abastecer ese cambio?
Porque las cosas como son: tu vas a comprar manzanas. Vas a la frutería de la esquina y la manzana está a 2 euros el kilo. Al lado de la frutería de siempre han abierto otra, de productos ecológicos. Decides comprar manzanas ecológicas y resulta que el precio es de 6 euros el kilo. Uno puede entender que el coste es mayor a la par que la producción menor, pero no me veo capacitado para aumentar mis gastos en un 300%.

Sata

Supersonic-Man dijo...

Nada, nada, a regatear el precio como en los paises con turbante. Cuando llegas de uno de estos parajes a casa, todos los precios indicados y marcados te parecen justos.

hollín dijo...

Holas! papish, gracias por la información, la cual me ha aportado nuevos puntos de vista que no me había planteado y sobre los que seguiré indagando. A parte del artículo, me gustaría conocer tu opinión tanto sobre el CJ como sobre el mismo artículo al que haces referencia, por ejemplo ¿estás total o parcialmente de acuerdo con el texto? Yo parcialmente. En una cosa estoy de acuerdo, como todo en la vida “No es oro todo lo que reluce”, pero, como suelo comentar sobre asuntos que apoyo, no por eso hay que dar completamente la espalda al tema. Las cosas nunca son blancas o negras, considero que hay que analizarlas y sacar lo positivo de cada propuesta.

Es posible que el papel de la mujer en lo referente al cultivo de la tierra sea menor, lo que se debería de intentar corregir, pero no considero que sea adecuada la apreciación de que el cacao y el café han reemplazado a las artesanías. Seguramente los productos de comercio justo de alimentación suponen mayor volumen en este comercio, pero siguen pudiéndose adquirir productos artesanales de comercio justo, ropa, utensilios para la casa y otros artículos.

Parece así mismo lógico que este tipo de comercio no pueda suponer la solución al maligno sistema mundial de comercio, por lo que comentan de que parece ser que el cultivo de las tierras en muchos lugares se destina mayormente a la exportación, sin tener en cuenta las necesidades de alimentación de la población autóctona. Si esto es así es muy grave y da totalmente la espalda a la llamada “soberanía alimentaria”.

Respecto al dinero que están quedándose los intermediarios, por supuesto que es un tema a analizar, que aunque sea menor que en el circuito comercial normal, en ningún caso deberían cometerse abusos y debería ser la mínima cantidad posible, a la vez que deberían destinar a los productores lo máximo que pudiera conseguirse.

Deben analizarse estas cuestiones, a la vez que cualquiera otros puntos que pudieran surgir, porque “hecha la ley, hecha la trampa”, como lo que comentan sobre que algunas multinacionales podrían estar aprovechándose de estas vías alternativas que están surgiendo. No hay que bajar nunca la guardia, ni en ningún otro ámbito.

Por mi parte sigo apoyando el CJ porque considero que por muchos fallos que tenga seguro que es muchísimo mejor que el comercio normal que nadie se cuestiona. Y si hay alguna posibilidad de cambiar el sistema comercial, la red de CJ puede ayudar en ello, puede ser el camino para que, como primer paso, mucha gente tome conciencia sobre lo que consume. La alternativa puede tomarse vía CJ y luego, éste puede y debe ser analizado y criticado, de manera que surjan nuevas ideas que permitan ir incluyendo modificaciones que nos vayan dirigiendo hacia la solución al problema, hacia un sistema verdaderamente justo que actualmente no puedo vislumbrar cómo podría ser.

Sata, respecto a los precios totalmente de acuerdo. No resulta posible seguir pagando la hipoteca y a la vez adquirir todos los productos que están a nuestro alcance de CJ. Pero como siempre digo, eso no significa que uno se niegue en rotundo a comprar ninguno de estos productos. En caso de que la iniciativa te parezca bien, puedes apoyarla hasta donde puedas. Más vale comprar únicamente un paquete de café molido de CJ al mes que no comprar ninguno, ese volumen de negocio que le estaré quitando a Nestlé! No te creas que yo no me comprometo a mucho más. Y pueden encontrarse estos productos en los supermercados eroski, bon preu... porque no siempre hay tiempo para poder acudir a las tiendas de CJ, las cuales son pocas y seguramente no quedan cerca de casa.