A REIRSE QUE NO ES POCO

Estamos a lunes y aunque brilla un sospechoso sol desde hace unos meses, tras un fin de semana y volver a leer un diario o escuchar las noticias, no es la mejor manera de levantar el poco ánimo que nos queda. Vamos a darle un poco de color a este día con el mejor antídoto balsámico que se conoce hasta la fecha. Recurramos al humor y aunque la mejor risotada te la hayas pegado ese día con tus amigos de farra o recordando anécdotas más o menos creíbles, más o menos disparatadas, tenemos que reconocer que el cine nos ha dejado momentos inolvidables que han envejecido con más o menos dignidad, con más o menos conexión generacional. Estoy seguro que cada uno tendrá su propia selección y muchos coincidiremos en momentos clásicos de sobra recurridos y repasados por medios y promedios.
Aquí os dejo las que más recuerdo y posiblemente  las que nunca me canse de repasar una y otra vez.

“Amanece que no es poco” (1988) es imposible no recordar esta maravilla rural de José Luis Cuerda, es dificilísimo seleccionar cual es el momento más desternillante de la película. Luis Ciges pertenece a esa casta de actores que posiblemente no actúen, simplemente se dejan llevar por el guion y son ellos mismos.
Escena de cama.




Posiblemente la mejor escena de todas. Muchas lágrimas he derramado con este momento de “La Vida de Brian” (1979) película que ya de por si considero una de las más brillantes que se han hecho hasta la fecha.




“Una Noche en la Ópera” (1935) o la escena del camarote. Sí, es el clásico de todos los clásicos y posiblemente de todas las listas que se refieran a los mejores momentos del cine de humor. Toda una lección esencial de humor dirigido por la verborrea irreverente del gran Maestro Groucho y sus hermanos. Eterno




“La Chaqueta Metálica” (1987) está muy lejos de ser una comedia, pero mucho, pero tengo que reconocer que esta dura pero incisiva escena de poesía castrense, asciende a tonos de lírica subversiva y crueldad marcial, todo bajo el incomparable escenario de un reclutamiento de soldadesca dócil y sumisa. Historias de la mili al fin y al cabo. Señor sí señor. (escena íntegra)




Puede ser que recuerdes más esta escena de “El Jovencito Frankenstein” (1974) pero yo particularmente no puedo sacarme de la cabeza aquello de ....ayúdese, ayúdese.




No puede faltar alguna película de Peter Sellers, y cómo no “El Guateque” (1968) y cómo lo más cotidiano se puede convertir los momentos más embarazosos de nuestra vida, pero claro, también los hay propensos. Fragmento del lavabo.




No puede faltar una de mis debilidades, los bofetones y quien mejor para ensalzar este gran gag del cine de mamporrismo que el cine italiano. Como prenda, esta escena de “Habitación para Cuatro” (1975) que colma las expectativas de todo gran amante del bofetón y la risa tonta.




Nuestro venerado maestro Lee Marvin encarnando al gran profeta Ben Rumson en la maravillosa “La Leyenda de la Ciudad sin Nombre” (1969) nos resume escuetamente cual es el sentido de la vida y aquello por lo que merece la pena vivir. Gran maestro y mejor alumno. Escena del bar.




Una vez más Tim Burton entra en Fanzinosis y esta vez con su primer film “Las Aventuras de Pee-Wee Herman”(1985). Tal vez su mejor obra y entre otras absurdeces y uno de los personajes más repelentemente adorables que he sufrido-disfrutado, Pee-Wee Herman (Paul Reubens). Esta escena, copiada hasta el infinito, nos enseña hasta dónde puede llegar un ser humano por salvar su pálido y enjuto pellejo. Tequila¡¡   (escena íntegra en ingles y con más calidad)




No sería justo acabar este repaso particular de escenas de humor sin volver a recurrir a los geniales Monty Phyton y su magna trilogía. Imposible olvidarse del caballero negro en “Los Caballeros de la Mesa Cuadrada” (1975) en una de los momentos más delirantes del film, que ya es decir.

 

 
 
quedan abiertos los comentarios para conocer vuestras escenas.
 
Supersonic-Man