Todavía no sé del todo cual es el mecanismo que me ha devuelto el placer de recordar esta película. Tal vez el inminente hecho de que Michael Haneke quiera volver hacerla de nuevo o el fallecimiento de Ulrich Mühe el actor que interpreta a ese "cuestionado" padre de familia y es el protagonista de la estupenda “La Vida de los Otros”. Pero aquí me gustaría dejar mi tributo a este auténtico tratamiento de la violencia en el cine, donde el espectador se puede convertir en el cómplice del criminal en un ejercicio auto reflexivo de introducir al espectador a preguntarse hasta qué punto es manipulable.
Aconsejo un visionado antes de que la nueva versión nos la vendan en mal estado.
En palabras de Michael Haneke:
“Es una película que uno mira si lo necesita.
Por qué si no necesitas ver esta película, simplemente te vas.
Si alguien se queda al final, es por que necesita ser torturado hasta entender”
Yo ya la he visto 5 veces o más. Es un juego en el que nadie se levanta del sofá.
¿Captáis la idea?
Supersonic-Man
1 comentario:
Muchos descubrimos a Haneke con esta película, desde entonces no podemos imaginar el cine sin él.
¿10 años ya?
Barbasapiens
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