Esto es lo que se opinaba en el artículo editorial del New York Times del domingo (y comentado aquí por Público).
Esto no son cadáveres de una guerra en algún país lejano,
donde había alguna dictadura malvada.
Son las semillas que durante décadas poblaron las tapias de nuestros cementerios.
Nuestro país puede ‘presumir’ de haber tenido un dictador malvado.
Debemos reflexionar respecto a lo vivo que está el fascismo en España. Vamos camino de que se considere que es delito investigar los crímenes de una dictadura, ¿hasta qué punto se puede retorcer la realidad? Lo que me asusta es que el poder Judicial del Estado nos está diciendo que los poderosos son los de siempre, que nadie se puede meter con ellos, y que en nuestro maravilloso país “Súper-Democrático” es crimen defender los Derechos Humanos.
Estos son algunos artículos sobre el tema que me parecieron de interés:
- Garzón y la Transición, de Vicenç Navarro, ya mencionado en un post anterior.
- Impunidad versus democracia, de Emilio Silva.
Gracias!
hollín
3 comentarios:
Hecho,firmado y compartido.A ver si de una puñetera vez despertamos y vamos diferenciando entre lo que está bien y lo que no en este país "europeo".
primero hay que diferenciar y distinguir quiénes son los que nos "gobiernan". Compartido.
Si,esa sería la raíz del problema y a partir de ahí ir cambiando,educando al populacho de toros y futbol x conciencia y respeto.
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