Me guardo las fotos de rigor, esas que muchos padres enloquecidos suelen codiciar persiguiendo a sus churumbeles con una EOS450D o algo peor, y os muestro ese tesoro que pude encontrar tras una larga caminata por los bastos bosques del Berguedá.

Una mastodóntica fábrica de cemento repleta de secretos que en una inevitable y obligada próxima visita, destriparé hasta sus fantasmas.
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Aquí os dejo lo que la emoción y la lluvia me permitieron traerme.
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Supersonic-Man
Lugares misteriosos en el bosque, qué chulo
ResponderEliminarMe hubiera gustado estar ahí
ResponderEliminarMe acordé de tí, viejo explorador
ResponderEliminarFantásticas y fantasmagóricas. Geniales.
ResponderEliminarQué envidia...
ResponderEliminarMuy buenas Super! Felicidades!
ResponderEliminarGracias. Lástima el formato que queda en el blog y la lluvia que casi arruina la cámara.
ResponderEliminarSupersonic-Man